
Si en los templos
adoramos ciegamente
la imagen lastimosa de un
cristo crucificado
en la vida podemos abrazar
al cristo resucitado
de carne y hueso
Y así pasar de lo abstracto
a lo concreto
de la angustia del tormento
a la liberación de darse
y del miedo paralizante
al acto de amor espontáneo
—feliz instante—.
Para mi hermana Aurora
Juandiegouribe
enero del 2003
Opinión de María Luisa Burillo: ¡Muy bueno!
Premio OCA 2005, Letras.
Juandiegouribe
enero del 2003
Opinión de María Luisa Burillo: ¡Muy bueno!
Premio OCA 2005, Letras.