Para mi amigo ausente
Dicen que me infectó la mala suerte—pero yo—
me muero de muerte
estoy desecho
inmerso en un mar de silencio
con la muerte al asecho
me critican por estúpido y necio
En mil pedazos deshago
mi alma descosida
por el síndrome de Sida
fatal aciago
en ningún lugar me admiten
pues ellos nada sienten
¿Estoy marcado en la frente?
¿Por protestar, soy irreverente?
¡No hay derechos humanos, ni humano derecho!
día a día crece mi melancolía
sin nada hecho
Clavado siento el puñal del desdén
hundo mi mano en el vientre sangrante
encuentro a la serpiente
que me expulso del Edén
Mata más el desprecio, la culpa y el desierto...
¿Sólo el virus produce este tormento?
¿Se contagia también el talento?
¿Les place ver mi alma derribada?
Pregunto, con la mandíbula trabada
Las llamas del averno
arden en mi cuerpo inerte
jadeante... sin corazón fuerte
con el último aliento
Ya el gobierno, a mi cabeza, le puso precio
—le cuesto más vivo que muerto—.
Juandiegouribe
2 de septiembre del 2001
2 de septiembre del 2001