jueves, 1 de septiembre de 2005

Alfa y omega


Mi espontaneidad

de la mano me lleva al desorden
a la inquietud creciente

Soy hijo de las grandes olas del mar
preñadas por un rojo atardecer
en tarde sin viento

De pronto
crecí queriéndolo todo
sin poseer nada

Buscaba insaciablemente
mujeres amorosas
con sabor a playa
a rosa y a miel

Mis manos tiemblan al acariciar sus senos
y el corazón golpetea queriendo fundirse
en un ardiente y húmedo beso

Ahora entiendo el vivir frenético
de unir cuerpos
sin acariciar almas
para morir sedientos de placeres nuevos

Y despertar en lo incierto
que ya sin cuerpos
ni aliento
besaremos almas desnudas
sin ansiedades
vacíos
ni tiempo...


Juandiegouribe
septiembre del 2005

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. esta es la tercera vez que paladeaba las lineas, no se porque pero me gusta su sabor, seguro volverè a hacerlo y saboreare al leerles emociones y recuerdos distintos

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